Tuesday, April 04, 2006


El efecto Venturi
Una vez tuve un novio astrofísico…no sé si me gustaba él o me gustaba ver a mi madre tan ilusionada. Mami, no sabe qué hace un astrofísico, ni siquiera sabe pronunciar la palabra sin trabarse un par de veces. Pero en su interior se regodeaba y también disfrutaba contándoselo a las vecinas y a las señoras con las que juega al seisillo. En fin, lo que quería contar es que uno de los pocos recuerdos que tengo de este eyaculador precoz y capullo integral (que me dejo por teléfono, sin dar explicaciones) es una charleta que me dio sobre el efecto Venturi. Y por esas extrañas conexiones de pensamientos, que te llevan de pensar en la lista de la compra, a imaginarte comiendo chocolate y luego piensas en sexo oral y luego en hacer dieta y luego en hacer deporte y luego te sientes simplemente frustrada…Como os contaba a través de esas extrañas conexiones he recordado el speech del efecto Venturi que es la base cientifica del vuelo de los aviones.
Y pensaba yo en la forma de conseguir que la presión sobre mi cabeza sea superior a la presión bajo mis pies y de una manera sencilla poder volar. Ese es mi sueño recurrente: VOLAR. Sueño que vuelo mientras duermo y sueño que vuelo también al despertar. Volar, volar sobre los tejados, sobre una isla desconocida, volar sobre el cauce de un rio o sobre el desierto de Atacama, volar de la casa de mis padres, volar de esta ciudad…Volar sin rumbo camuflada entre tres cientos de pájaros migratorios.

Pero el volar, como el frotar, se va a acabar. Porque mi devoción por el efecto Venturi no es, sino el reflejo de mi inmadurez, de mi avestruzismo. El mundo, no se ha parado ni un momento y como dijo John Lennon La vida es eso que pasa mientras yo estoy entretenida en otra cosa…Caminaré con fuerza, despegando los pies del suelo solo para ver en ocasiones detrás de las montañas.

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