Vienes y te vas

Pasas por mi vida como esa gente que muy de vez en cuando pasa por un museo...Les gusta mucho el arte y ver cuadros. Hablan de las exposiciones diciendo que las encuentran inteligentes, interesantes, atractivas, increibles, adorables, didacticas...Pero al final no se sabe bien porque motivo se visitan exposiciones una vez al año.
Asi es mi amor, tengo un amor de temporada, como las fresas. Un amor de tres semanas al año...y luego si quieres mas fresas son de invernadero...y si quieres mas besos son por internet.

Ahora mismo estoy en pleno sindrome de abstinencia despues del atracon de fresas.
Ojala alguna vez te decidas a vivir al lado del museo e incluso pintes un cuadro.

Para no llorar mas voy a intentar que las fresas dejen de ser mi fruta favorita.

El frio atlantico es para mi la viva representacion del infierno.

Se oyó un disparo.
De aquel frondoso arbol repleto de hojas y ramas centenarias salieron decenas de pájaros. La imagen, de manera instantanea, me hizo pensar en ti, en tu cabeza de pelo rizado que vive cerca de las nubes y está llena de pajaros.
¿Qué pajaros son aquellos?
Nadie dijo que el horizonte es mas ancho que mis caderas.
Lo que nunca se dice nunca existe.

La soledad es un rincón oscuro y a veces muy placentero. Yo conmigo misma. Mis fantasmas y el oasis. Cuando era muy pequeña me gustaba pasear completamente sola por los campos de trigo y entre los árboles de mi valle. La sensación era de vertigo ante la total libertad, el anonimato y el monstruo que llevo dentro…
Ahora sustituyo las laderas por las empinadas calles de Lavapies, por el centro de Madrid. Me gusta pasear sola por esta ciudad. Me siento frágil y protegida.
Mientras mi vida en solitario transcurre y yo disfruto de mi individualidad, fantaseo con compartir rincones y sensaciones contigo.
Eres un hombre fantástico, existes sólo en el futuro…tu nave aún está por llegar.
Sólo existes en la publicidad, en las fantasías y en algunas series americanas.
Te espero sin esperanza. Y por si no llegas te espero sin prisa. Ahora la soledad no es un rincón oscuro del que huir, es más bien una calida habitación con vistas a mi misma.

En el siglo XXI el amor es un teléfono móvil que no suena...

"Vagabundee mentalmente durante varias semanas, buscando la manera de empezar.Toda vida es inexplicable, me repetia. Por muchos hechos que se cuenten, por muchos datos que se muestren, lo esencial se resiste a ser contado. Decir que fulanito nacio aquí, y fue allá, que hizo esto y aquello, que se casó con esta mujer y tuvo estos hijos, que vivió, que murió, que dejó tras de si estos liboros o esta batalla o ese puente, nada de eso nos dice mucho. Todos queremos que nos cuenten historias, y las escuhamos del mismo modo que las escuchabamos de niños. Nos imaginamos la verdadera historia dentro de las palabras y para hacer eso sustituimos a la persona del relato, fingiendo que podemos entenderle porque nos entendemos a nosotros mismos. Esto es una supercheria. Existimos para nosotros mismos quizá, y a veces incluso vislumbramos quienes somos, pero al final nunca podemos estar seguros, y mientras nuestras vidas continúan, nos volvemos cada vez más opacos para nosotros mismos, más y más conscientes de nuestra propia incoherencia. Nadie puede cruzar la linde que le separa de otro por la sencilla razón de que nadie puede tener acceso a si mismo."

Paul Auster.
Trilogía de Nueva York. La habitación cerrada.

Escribir es un intento de entender el mundo entre letras.
Todas las personas van a algunos lugares algunas veces y el resto del tiempo caminan por la vida mirando siempre lejos de los ojos de la gente, sin buscar respuestas...simplemente masticando preguntas entre dientes.

El efecto Venturi
Una vez tuve un novio astrofísico…no sé si me gustaba él o me gustaba ver a mi madre tan ilusionada. Mami, no sabe qué hace un astrofísico, ni siquiera sabe pronunciar la palabra sin trabarse un par de veces. Pero en su interior se regodeaba y también disfrutaba contándoselo a las vecinas y a las señoras con las que juega al seisillo. En fin, lo que quería contar es que uno de los pocos recuerdos que tengo de este eyaculador precoz y capullo integral (que me dejo por teléfono, sin dar explicaciones) es una charleta que me dio sobre el efecto Venturi. Y por esas extrañas conexiones de pensamientos, que te llevan de pensar en la lista de la compra, a imaginarte comiendo chocolate y luego piensas en sexo oral y luego en hacer dieta y luego en hacer deporte y luego te sientes simplemente frustrada…Como os contaba a través de esas extrañas conexiones he recordado el speech del efecto Venturi que es la base cientifica del vuelo de los aviones.
Y pensaba yo en la forma de conseguir que la presión sobre mi cabeza sea superior a la presión bajo mis pies y de una manera sencilla poder volar. Ese es mi sueño recurrente: VOLAR. Sueño que vuelo mientras duermo y sueño que vuelo también al despertar. Volar, volar sobre los tejados, sobre una isla desconocida, volar sobre el cauce de un rio o sobre el desierto de Atacama, volar de la casa de mis padres, volar de esta ciudad…Volar sin rumbo camuflada entre tres cientos de pájaros migratorios.

Pero el volar, como el frotar, se va a acabar. Porque mi devoción por el efecto Venturi no es, sino el reflejo de mi inmadurez, de mi avestruzismo. El mundo, no se ha parado ni un momento y como dijo John Lennon La vida es eso que pasa mientras yo estoy entretenida en otra cosa…Caminaré con fuerza, despegando los pies del suelo solo para ver en ocasiones detrás de las montañas.