Tuesday, October 10, 2006


"Vagabundee mentalmente durante varias semanas, buscando la manera de empezar.Toda vida es inexplicable, me repetia. Por muchos hechos que se cuenten, por muchos datos que se muestren, lo esencial se resiste a ser contado. Decir que fulanito nacio aquí, y fue allá, que hizo esto y aquello, que se casó con esta mujer y tuvo estos hijos, que vivió, que murió, que dejó tras de si estos liboros o esta batalla o ese puente, nada de eso nos dice mucho. Todos queremos que nos cuenten historias, y las escuhamos del mismo modo que las escuchabamos de niños. Nos imaginamos la verdadera historia dentro de las palabras y para hacer eso sustituimos a la persona del relato, fingiendo que podemos entenderle porque nos entendemos a nosotros mismos. Esto es una supercheria. Existimos para nosotros mismos quizá, y a veces incluso vislumbramos quienes somos, pero al final nunca podemos estar seguros, y mientras nuestras vidas continúan, nos volvemos cada vez más opacos para nosotros mismos, más y más conscientes de nuestra propia incoherencia. Nadie puede cruzar la linde que le separa de otro por la sencilla razón de que nadie puede tener acceso a si mismo."

Paul Auster.
Trilogía de Nueva York. La habitación cerrada.

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